Si las condiciones que ocasionan la llaga por presión no se corrigen de inmediato, el daño localizado a la piel se extenderá a capas más profundas del tejido, afectando el músculo, los tendones y los huesos.
Si no se les da el tratamiento adecuado, las úlceras abiertas pueden convertirse en una fuente de dolor, discapacidad e infección.
Las úlceras por presión pueden presentarse en personas en silla de ruedas o en cama, a veces incluso después de poco tiempo (2 a 6 horas). Los sitios comunes incluyen el hueso sacro (cóccis), la espalda, los glúteos, los talones, la parte posterior de la cabeza y los codos.
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